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LAS EXQUISITECES DE LOS SUEÑOS

Cartel de la obra
Arropados bajo la técnica del Cadáver Exquisito, ocho dramaturgos crean Calderón Cadáver poniendo su personal continuación a una de las escenas principales de La vida es sueño de Calderón de la Barca. Su única premisa «temas que, en su opinión, palpitan en La vida es sueño». Y así es como, en un único texto, logran que todos los temas, casi universales, que Calderón pone de manifiesto es su obra, tomen vida a través de las voces, los gestos y la creación de Paco Gámez y Elena Tur, muy correctamente dirigidos por Ernesto Arias. El tiempo y su paso, el amor y sus fases, la libertad frente al miedo, el entusiasmo frente al derrotismo, la ilusión frente al estatismo, la prosa, el verso, la rutina, el hastío, el cariño, el poder y , sobre todo, los sueños. Todo por un sueño, se podría decir. ¿Saltamos al vacío en busca de nuestro sueño o nos quedamos en nuestra zona de confort? Si sales de tu jaula, de tu habitáculo, de tus tiempos marcados, de tus rutinas desgastadas, ¿querrás volver? ¿Podrás regresar si no te adaptas, si no te agrada? ¿Y si descubres que lo que tienes ya no es válido y sueñas con otra realidad? ¿Y si al despertar vuelves al mismo lugar?
El ritmo de la obra, en el preludio inicial, es de una lentitud asfixiante, espesa, casi de volverse loco de rutina. Un ritmo acompasado por una música agradable, en un principio, y claramente odiosa finalizando la escena. Esa música de concurso de sabelotodos donde el metrónomo se deja escuchar como un reloj. Así entras, en el texto en sí, con ganas de volar, de correr. Cambio de registro, de época y comienza el cosquilleo de la libertad, de la innovación, del deseo de traslación. Nadie dijo que sería fácil ni que los sueños nunca fueran pesadillas. Aquí entra todo, lo bueno y lo malo, lo racional y oníricamente surrealista. Lo que antes eran dioses ahora son bestias.
Los actores tienen una labor extremadamente complicada por los cambios en los tiempos, en los ritmos y en la forma textual. Ahora verso, ahora prosa, ahora silencios gélidos. Hacen un trabajo realmente exquisito.

Calderón Cadáver se estrenó el pasado 13 de julio en el Off del Festival de Almagro, ha pasado el 17 y 18 de julio por el Festival Frinje y ahora el 20 y 21 de julio inaugura el III Festival Experimental de Teatro Clásico de Madrid —ClasicOff— en Nave 73.

Y si los sueños, sueños son, aquí no lo dice nadie.


Apunta; Vir Casanova




 Ficha artística y técnica:
La Pita Teatro y EscénaTe
Autores: Calderón de la Barca, Carolina África Martín, Blanca Doménech, Zo Brinviyer, Javier Vicedo Alós, Emiliano Pastor, Victor Iriarte, Antonio Rojano, Mar Gómez González.
Dirección: Ernesto Arias.
Ayudante de Dirección: María Moral.
Asistente de Dirección: Pablo Arias.
Reparto: Elena Tur y Paco Gámez.
Escenografía y Vestuario: Karmen Abarca (AAPEE).
Música Original: Olga Blanco.
Diseño de Iluminación: Jorge Kent.
Imagen: Esther Gámez y Olga Iánez.
Producción Ejecutiva: Santiago Pérez y Mónica Mediavilla.
Prensa: Adriana Lerena.


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